Las 10 películas imprescindibles para entender el terror contemporáneo.
Para entender el
cine de terror contemporáneo es imprescindible hacer repaso por la tradición de este género. Porque, el horror
es uno de los aspectos menos valorados, pero a la vez uno de los más complejos
del cine actual.
¿Cómo podríamos darnos miedo cuando ya lo hemos visto todo? Esta cuestión
es una de las principales preguntas que se hacen los directores en esta
sociedad hiperrealista y cauterizada después de tantos siglos de barbaries.
- NOSFERATU. (F.W Murnau, 1922)
En el año 1922 el señor Murnau ya estaba dando
lecciones de cómo se hace cine con esta película que cuenta la historia de un
joven matrimonio que es engañado por el Conde Orlock.
Podría contar de qué trata la película, de su luz,
de su estructura o de su narración. Pero, ¿existe algo más icónico que la
figura del Conde Orlock subiendo las escaleras o apareciendo en el marco de la
puerta perfectamente delimitado? Sin duda, este film es maravilloso por todos
los aspectos que la componen, pero lo que marca que una película de terror haga
historia es su villano y este villano se ha impuesto a la historia y al tempo.
- PSYCHO (Alfred Hitchcock, 1960)
Este gigante de la historia del cine es ni más ni
menos que el antecedente puro del slasher
(subgénero de terror que define el tipo de historia típica de psicópata que
asesina adolescentes, mujeres, o lo que se le ponga por delante) La edad de oro
de este género comenzó allá por los 80 y fue protagonizada por genios como
Carpenter, Cunningham o Wes Craven; pero es más que evidente que su cine bebe
de la tradición impuesta con un puñetazo en la mesa por Hitchcock.
Lo mejor de Psycho
es que genera intriga a partir de una historia que gira sobre sí misma. Es la
madre de todas esas películas (y series) que se basan en el cuestionamiento
continuo de ¿Who done it? (Whodunit?) Y no sólo eso, sino que la innovación que
supuso en su momento marcó un antes y un después ante la forma de narrar, no
sólo las películas de terror, sino muchas otras que se generaron después. Psycho es para el cine lo que el
Renacimiento para el arte. Un gigante incuestionable.
- THE SHINING (Stanley Kubrick, 1980)
A nivel personal, esta es probablemente una de mis
películas preferidas. El terror psicológico llevado a extremos insospechados
durante una época en la que triunfaba la sangre, las vísceras y los excesos.
Mientras los directores del slasher se centraban en la noble causa de asesinar adolescentes que
pierden la virginidad (que me encanta), un genio llamado Kubrick creaba la
historia ambientada en el Hotel Overlook durante la temporada de invierno donde
un escritor ex alcohólico pierde el norte e intenta asesinar a su familia.
La
historia se va desenvolviendo de forma escalonada dividida por días, cortes que
fue decidiendo el director según convenía. Un telón que va bajando a medida que
avanza el film para crear situaciones que son más tenebrosas e inquietante que
las anteriores. Kubrick se cubre las espaldas con la actuación brillante de
Jack Nicholson y con su ya conocido dominio de la simetría en las escenas. Así,
crea una de las películas más inquietantes y valoradas de la historia del cine,
y más todavía del cine de terror.
- BRAM STOKER’S DRACULA (Francis Ford Coppola, 1992)
Bañada en una ambientación neogótica y con una
estética muy propia de los cuentos medievales Francis Ford Coppola crea este
film a medio camino entre el amor y el terror, los dos sentimientos propios de
los espíritus torturados.
Hay que destacar que la figura del vampiro siempre
estuvo impregnada de sensualidad y erotismo por su manera de atacar (cuerpo a
cuerpo, boca y cuello) que más que un ataque puede parecer un acto sexual.
Coppola va un paso más allá e introduce escenas directamente eróticas y
adúlteras entre los personajes que oscilan entre lo sexual y lo terrorífico
juntando aspectos de guión y de estética en contrapunto.
Más allá de lo brillante del guión, Coppola le da
mucha importancia a la historia y la ambientación e incluso introduce guiños al
cine primitivo y a la novela gótica inglesa, influencia de la que bebió
Guillermo del Toro en sus obras, pero en especial en Crimson Peak.
- THE EXORCIST (William Friedkin, 1973)
Esta película cumple dos funciones básicas en relación
con el terror contemporáneo. Por una parte es demiurgo (padre y madre a la
vez) y por otra es el culmen del cine
como evasión y entretenimiento.
Es padre
y madre a la vez de lo que luego se convertiría en un subgénero propio, los
exorcismos. La invasión de lo más propio, tu cuerpo, para convertirlo en el
refugio del mal. Esta película es tan rompedora que ni si quiera parece del 73.
Friedkin no se corta un pelo a la hora de desdulcificar a la pura y bella Regan
para convertirla en objeto de perversión, locura y posesión. No tiene pelos en
la lengua, y Regan tampoco. No duda en hacerla vomitar verde, girarle la cabeza
360º, hacerle dudar a una figura del señor (el cura) mediante la insinuación
sexual y gritar frases blasfemas que desde luego no pudieron gustar mucho a la
iglesia como institución en los años que corrían.
Es salvaje, es loca, es casi casi gore y por lo
tanto es el entretenimiento puro, a medio camino entre la risa y el pavor ante
la posibilidad de que te pase a ti lo que le pasa a esa pobre niña.
Ahora sí y llegados al ecuador de la lista, abandonamos los clásicos para
entrar en el círculo vicioso del mal contemporáneo. ¿Cuáles son los métodos
para asustar a esta generación ya vacía de pavor?
pavor?
- A NIGHTMARE ON ELM STREET (Wes Craven, 1984)
Por fecha, esta película debería estar en la
primera parte de la lista. Pero, no es tanto los años en la que fue creada,
sino lo que significó para años posteriores.
El genio del mal, de los gritos y los llantos
(Craven) en un momento de locura, creó uno de los villanos más complejos, locos
y estéticamente abrumadores del terror contemporáneo. Hablamos del señor Freddy
Krueger, el primer asesino del que ni te planteas escapar, porque básicamente
no puedes. El surrealismo de este personaje es tal que utiliza el medio onírico
para matar a sus víctimas (como no, adolescentes) y aunque es un slasher en
plena época dorada del slasher, éste es diferente.
Wes Craven crea un personaje malvado, violador,
torturador, asesino, repugnante y carismático. Tiene tanto de esto último, que
por momentos lo que deseas es que triunfe el mal. Le pone tanto interés y tanta
creatividad a su asesino, que los demás asesinos famosos (Jason Vorhees,
Michael Myers y Leatherface) se quedan muy atrás al lado de Freddy. Y es que el
maestro de las cuchillas y dueño de tus pesadillas habla (cosa que los demás no
hacen) y es eral, tan real que se pone a la altura del espectador y le respira
en su cara mientras se ríe de él.
- THE BLAIR WITCH PROJECT (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999)
Hay que decir que dudé mucho en esta película,
porque en sí, no me parece brillante. Pero como estamos hablando de nuevos
lenguajes y nuevos conceptos que se introdujeron en la forma de narrar cine de
terror pues habría que meter a la madre del metraje encontrado.
El metraje encontrado o found footage fue uno de los métodos narrativos que se colaron en
el nuevo milenio porque ofrecía la posibilidad de contar una historia basada en
la confusión con un método de muy bajo presupuesto. El hecho de que tenga
aspecto de película casera, hace que el espectador se plantee desde un primer
momento si lo que ve es verdad o una trágica mentira. Duda de la posibilidad de
que tras las imágenes se encuentre la realidad y de que esté viendo a alguien
que a día de hoy está muerto. Eso en sí ya es un concepto oscuro, novedoso y
por supuesto, terrorífico.
La nueva estética efectista basada en golpes de
realidad y que además giraba en torno al morbo de la posibilidad de una
historia real hizo que la película literalmente arrasara y se convirtiera en
película de culto para todos los jóvenes amantes del terror del reciente
entrado siglo XXI. Al final, no vemos un
alarde cinematográfico, pero sí vemos una acción profética de lo que luego
sería el terror internauta y de youtube.
- SCREAM (Wes Craven y Kevin Williamson, 1996)
Ya estoy escuchando detrás de mí a la gente que
esta película no le parece de terror diciendo cosas como: A mí más que miedo me
hizo gracia.
Pues es que Scream
es una especie de reinvención del género slasher cuando éste ya moría entre
sollozos y críticas a las sagas interminables y cada vez más absurdas.
Esta película significó un soplo de aire fresco
para el Whodunit? Y se proclamó como símbolo del asesino enmascarado. La
historia, cargada de autoreferencias, críticas, sátiras y burlas inventó un
nuevo estilo de contar cuentos de terror de adolescentes que mueren
acuchillados en una fiesta (Esto fue gracias al guión de Kevin Williamson, el
único que fue capaz de ver una luz en el callejón sin salida del terror
slasher). Es casi una obra de metacine en la que todo el universo que gira en
torno a la ciudad de Woodsboro parece retroalimentarse icónicamente a la par
que de manera ilógica.
Los personajes de esta saga ni sienten ni padecen,
son los únicos capaces de gastar bromas pesadas y macabras sobre el asesinato
de sus compañeros de instituto y vivir tan tranquilos como si nada estuviera
sucediendo.
- FUNNY GAMES (Michael Haneke, 1997)
En el cielo hay un lugar reservado para este
creador austríaco. Ya no sólo por escribir y dirigir Funny Games que me encanta y me perturba al mismo tiempo, sino por
todo lo que hace. Su estilo es impenetrable, contemporáneo, oscuro y sorprendente.
El
lenguaje narrativo de esta película representa casi a la perfección lo que nos
hace sentirnos confusos a los ciudadanos del siglo XXI. ¿Qué estamos viendo?
¿Eso que escucho es mi risa ante una situación terrible? En esta película, que
no pretende en ningún momento fingir que es real, vemos como los asesinos no llegan a dar nunca una explicación. Vemos
como el mundo que observamos, es un pequeño fragmento del poder del autor sobre
los personajes. Si yo digo que mueres, mueres, y no va a vencer nunca el bien.
Aquí no hay heroísmos. Lo que vemos es un universo en el que Haneke rompe la
distancia con el público, la desploma desde el primer momento y a partir de
ahí, empieza el juego. Juego que llega incluso a manipular la realidad
temporal, llega a girar la historia y la convierte en una obra teatral plagada
de locuras.
Jugamos con los límites de la realidad, y el
director se molesta en explicarlo en la reflexión final sobre esta cuestión.
Hablamos de una reflexión platónica de la verdad, de la existencia de dos
mundos. “La ficción es realidad, porque también se ve”.
- THE WITCH (Robert Eggers, 2015)
Este es el resultado, a lo que hemos llegado. El
lenguaje del terror, es uno de los que más ha evolucionado, por el mero hecho
de que es un género muy antiguo y con mucha historia.
En The Witch
vemos como hemos llegado a un lenguaje tenebroso, cargado de metáforas en el
que para causar pavor, no es necesaria la sangre sino el poder y fuerza
narrativa a través de la imagen y el significado visual que penetre en el
espectador y lo desoriente para que se pregunte ¿Qué está pasando? ¿Esto podría
pasarme a mí?