lunes, 10 de abril de 2017

¿El Rey de la Mundanidad? Hablamos de Paolo Sorrentino.






“¿Sabe por qué como sólo raíces? Porque las raíces son importantes”
Así, Sorrentino, realiza con una sola oración, un aforismo vital.


¿Es Paolo Sorrentino un vendedor de humo? Para algún que otro crítico, Sorrentino es fiel reflejo del protagonista de su película La Grande Bellezza, Jep Gambardella: “el rey de la mundanidad”. El punto incuestionable es que Jep Gambardella es reflejo de toda una sociedad posmoderna europea.


La posmodernidad europea (a diferencia de la que se podría ver en Estados Unidos) está caracterizada por una añoranza extrema del pasado, una mirada sartriana ante presunciones de viejos autores, una asunción de la nada y el vacío del alma. Realidad impepinable es que los europeos somos extremadamente nostálgicos, y ese es uno de los leitmotivs del cine de Sorrentino, al menos de sus dos últimas películas. Parece que asumimos la nada como almas vacías que de alguna forma, caminan sobre lo ya caminado. Esto está muy lejos de agobiarnos, porque vivir es reinventarse.


Y como vivir es reinventarse, en las dos últimas películas del director italiano, encontramos la reinvención a la europea. Esta reinvención la podemos observar en su influencia directa de Fellini. Al igual que en La Dolce Vita encontramos en La Grande Bellezza una Roma como paisaje vital a la vez que infierno decadente. No hay nada más romano que Jep Gambardella, un alma destinada a la sensibilidad, pero que con el paso del tiempo se ha vuelto un círculo vicioso de hipocresía y belleza. Al igual que en Youth, Sorrentino se ampara en el poder de la nostalgia, para ofrecer una historia plagada de lirismo.


Youth intenta demostrar que en arte, la forma es el fondo, es decir, plasma una realidad visible mediante contrastes formales intentando buscar una redención. En esta redención encontramos la búsqueda de la belleza de Nietzsche. La redención es voluntad, y la voluntad es voluntad de poder.


¿Qué es la voluntad de poder? La voluntad de poder se entiende como querer ser, querer ser tanto desde el ángulo negativo como afirmativo. Es la suma de la fuerza, energía y Entelechia. Nietzsche anuncia un mundo inestable de negación de la permanencia, es decir, el devenir.


La Grande Bellezza y Youth son estructuras de la voluntad, porque los propios personajes actúan como un cristal por el que se filtra el ser del mundo. Esto es una tendencia a ser, pero a la vez a cambiar. Crear es a destruir como el ser al devenir.


Esta dualidad, la encontramos muy bien reflejada en los personajes de Youth y La Grande Bellezza, sobre todo en los personajes femeninos. Todos juntos conforman un mapa de perfectos fracasados que creen no serlo, pero que la vida les golpea en la cara para demostrárselo una y otra vez. Lo que ellos y ellas hacen en el mundo del arte, parece no importarle a nadie, sino que son sus propios cuerpos los que sí la tienen. Es casi como si se tratara de un concepto ligado al de ebriedad. Nietzsche afirma que el arte está situado en el cuerpo y que es el estado dionisíaco el que conduce a la extracción de la configuración de las formas. El arte no es el objeto artístico, sino el cuerpo en sí.
El cine de Sorrentino es siempre una propuesta de valores, reflejo de fondo y abismo pero al mismo tiempo, un principio móvil. Por ello, rompe y dinamita por dentro los valores que la sociedad europea  ha creado y a los que se atiene como consecuencia de los mismos.


Podemos decir, que es más potente que la propia verdad, porque actúa como un espejo del propio ser.

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