Películas raras: Musarañas.

Juanfer Andrés y Esteban Roel presentaban el año pasado Musarañas. La película parte de varios problemas de serie. El primero, un reparto de agarrarse al sofá con las uñas y gritar. Macarena Gómez (Las Brujas de Zugarramurdi, La Voz Dormida), Nadia de Santiago (Las 13 Rosas) y Hugo Silva (Que se mueran los feos, Mentiras y Gordas, El Hombre de Arena y muchísimas más en las que demuestra que no vale para esto) completan el trío de ases protagonista que así de primeras no llama. Luego tenemos a Tosar como recurso puente para que pienses: bueno, no está tan mal.

El caso, es que no, no está tan mal. Sin duda Macarena Gómez es una de las actrices más sobreactuadas del cine español (y hay unas cuantas) lo cual tiene mérito... Pero este papel, de tan sobreactuado que estaba, estaba bien. Emplea la exageración hasta unos límites insospechados, pero insospechados de verdad. Desde el movimiento de las manos, a la mirada, a la forma de hablar. Todo es exageración, y en todo momento. Hugo Silva el pobre es tan palo como siempre, grita, no te lo crees, sigue gritando, te lo sigues sin creer y así consecutivamente y Nadia de Santiago no lo hace mal, aunque nos mienten haciéndonos creer que lleva algún peso en la historia cuando realmente es Macarena la que carga con esa responsabilidad constantemente. 

Tosar en cambio hace unas apariciones limitadas, justo en el momento exacto en el que piensas: vale, ya no puede pasar nada más raro. El caso es que pasa.

La película es un crescendo de locura. Empezamos en la paranoia y acabamos en lo más alto de la más alta torre. Yo llegué a plantearme que si la protagonista no paraba de hacer locuras macabras aquello se iba a convertir casi casi en serie B. Quizás por eso el regustillo que me deja al final es agradable, porque como gusto personal, amo la serie B y llega un momento en el que la sangre es tan falsa, y las actuaciones tan exageradas que se borran las líneas de lo que estamos viendo.

El film no está mal. Tenemos algunos pros y contras, pero yo me lo pasé bien viéndola. No da espacio a que haya un momento de reflexión porque es una serie de catastróficas locuras una tras otra, una tras otra. Técnicamente no hablamos de algo muy trabajado. El espacio es practimante el mismo durante toda la película, lo cual no quita mérito ni mucho menos, y la fotografía, el ambiente, el color... son correctos, pero sin llegar a brillar por encima de la historia en ningún momento.