Desconocía al director (Rick Famuyiwa) de esta película tan curiosa, estrenada este mismo año y presentada en Sundance como comedia dramática/cine independiente. Entre otros títulos del director se encuentran principalmente comedias: Brown Sugar, La Boda de mi Familia y Colegas. Admito que ninguna de ellas me llamó especialmente la atención.
Pero en Dope la cosa cambia. Nos encontramos una película profundamente irónica, y bastante comprometida con cuestiones de racismo (no me meto en si lo hace de forma acertada o no) con un reparto que bajo mi punto de vista interpreta sus papeles de forma muy correcta y con matices interesantes para tratarse de jóvenes actores. Quiero destacar a Kirsey Clemons que aunque algo floja, no se puede decir que cuente con amplia experiencia en el cine y para estar comenzando, promete. El resto de los actores principales son Shameik Moore (también novel) y Tony Revolori (al que vimos haciendo un trabajo fantástico en Gran Hotel Budapest).
La música de mano de Germaine Franco lleva un peso fundamental en la película, ya que no sólo marca la sensibilidad y la fuerza de muchas de las escenas si no que también marca los gustos y personalidades de los tres personajes, así como su estilo y forma de vida. Por otro lado, tenemos unos cambios de cámara y una fotografía interesante, así como eses juegos temporales que hacen preguntarte: Eh Eh Eh ¿Qué está pasando?
Poco más que decir, es una película interesante, con un final que a mí no acabó de convencerme por su aspecto moralista, pero que tiene importantes momentos de humor y una estética y técnica trabajadas. Una película que te hace pasar un buen rato, y que de vez en cuando te hace soltar una buena carcajada.
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